Una propuesta que cambió mi forma de trabajar.
Cuando empecé hace más de 10 años en el mundo del diseño y la ilustración, crear una única propuesta para mis clientes me parecía quedarme corta.
Así que presentaba tres propuestas.
En mi cabeza lo hacía por el cliente, para que tuvieran “opciones”.
Pero en realidad solo estaba tratando de aliviar mi ansiedad. Ofrecer múltiples opciones aumentaba la posibilidad de que al menos al cliente le gustara una.
Pero lo que realmente hacía al presentar varios conceptos era perder una valiosísima cantidad de tiempo que además ni iba a cobrar. Crear una propuesta de lo que sea lleva tiempo, ¡imagínate crear tres!
Para cuando me tocaba hacer la tercera propuesta ya estaba desesperada tratando de hacer algo rápidamente solo para tener otra opción que mostrar. ¿Lo peor? que el cliente siempre elegía el que menos tiempo y esfuerzo me había llevado.
Además mis clientes se sentían abrumados con tantas opciones y empezaban a combinar las propuestas. Perdíamos absolutamente el enfoque y sinceramente, quedaba muy mal. Era como un Frankenstein de propuesta que mezclaba todas. Un horror.
WTF?!
Ahora me pregunto ¿Cómo podían tener confianza en mis habilidades si no podía mostrarles mi valor con una sola propuesta?
Sabía que algo tenía que cambiar y me armé de valor para empezar a implementar el método de una sola propuesta. Me da un poco de miedo no superar las expectativas y que todo fuera un desastre y jamás me volvieran a contratar. Pero lo que pasó fue bastante diferente a la película que me había montado en la cabeza.
Al presentarles una sola propuesta mis clientes empezaron a pedir menos revisiones. Podían enfocarse en una propuesta sin ninguna confusión. Y me las empezaron a aprobar a la primera.
Empecé a tener más tiempo para enfocarme en lo que mis clientes necesitaban y no en crear por crear. Cada decisión de diseño tiene detrás un pensamiento y una estrategia bien definida y ahora ya no tengo que preocuparme por cómo convencerlos con mil propuestas.
Además generas credibilidad cuando tienes confianza en la propuesta que estás presentando. Sabes lo que haces y el cliente lo percibe. Sabes de lo que estás hablando, y los clientes se sienten más seguros.
¿Cuántas propuestas sueles presentar a tus clientes?
¿Tienes alguna pregunta sobre este método?
¡Pregunta lo que necesites en los comentarios!
Un consejo rápido: el hecho de que sientas que tienes que mostrar diferentes conceptos puede significar que no tienes una idea clara de lo que el cliente está buscando.
Para resolver este problema, comienza a usar moodboards. Si no sabes lo que es un moodboard, puedes leer este artículo donde te lo cuento en detalle.
Crea 3 moodboards que muestren 3 direcciones diferentes que creas que podrían funcionar bien basadas en la información que has extraído del brief o de la conversación. Luego, envíalos al cliente.
Esto te facilitará mucho la vida, porque ahora tendrás una comprensión clara de lo que quieren.